EphysLab, grupo del Campus Auga, demuestra que el déficit de transporte de la humedad es el origen de las sequías

Rogert Sorí, Luis Gimeno Sotelo, Raquel Nieto e Luis Gimeno, no edificio Campus Auga onde desenvolven o seu traballo investigador

En un contexto de cambio climático, el interés científico por el incremento de los fenómenos extremos, como las sequías e inundaciones es creciente debido a su impacto en la sociedad. En esta línea, miembros del grupo de investigación EphysLab (Environmental Physics Laboratory) que participa en el Campus Auga acaban de publicar un estudio en la revista Nature Water en el que “se demuestra, por primera vez, el papel predominante del déficit de transporte de humedad en la génesis de las secas”.

El artículo lleva por título Unravelling the origin of the atmospheric moisture deficit that leads to droughts y está firmado desde EphysLab por Luis Gimeno Sotelo, Rogert Sorí, Raquel Nieto, y por Sergio M. Vicente, del Instituto Pirenaico de Ecología, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El estudio fue realizado en el marco de una Unidad Asociada de este grupo del que sus autores están vinculados, como docentes o alumno, al Programa de Doutoramento Auga, Sustentabilidade e Desenvolvemento, del Campus Auga. Los autores del trabajo destacan la importancia de la publicación en abierto del texto “en la nueva revista del grupo Nature, dedicada específicamente a todos los temas del agua, algo que entronca perfectamente con las temáticas de nuestro Campus Auga”, publicación que, señalan, está llamada a ser “la referencia máxima de estos estudios”.

Probabilidad de duplicarse, triplicarse o cuadriplicarse

El estudio señala que las sequías “son una de las principales catástrofes naturales responsables de casi un millón de muertos en el último medio siglo en el mundo, pérdidas económicas de miles de millones de euros e impactos devastadores en los ecosistemas”. A pesar de ser fenómenos “muy complejos” que involucran varios aspectos del ciclo hidrológico, el principal factor impulsor de las secas es un déficit de precipitaciones en comparación con las condiciones normales. En su estudio, el grupo de  EphysLab utilizó datos globales de clima presente (período 1980-2018) de precipitaciones y de transporte de humedad en el planeta y se calcularon, a través de técnicas lagrangianas de simulación computacional de partículas y mediante funciones cópulas, la probabilidad de ocurrencia de sequía dado un déficit equivalente de transporte de humedad.

Fruto de este análisis, el equipo de investigación encontró que “en la mayoría de las zonas terrestres la probabilidad de que ocurra una seca se dobla cuándo hay un déficit de transporte de humedad desde sus fuentes principales, ya sean estas oceánicas o terrestres”. Esta probabilidad, añaden, puede incluso triplicarse o cuatriplicarse en algunas regiones, como el centro-este de América del Norte, el sureste de América del Sur y el este de Europa. Así, en el estudio se recoge que “en la mayoría de las zonas terrestres, la probabilidad condicional estimada de sequía, dado un déficit de humedad equivalente recibida del océano o de los continentes, es superior al 10%. Esta probabilidad es superior al 15% en las regiones donde los principales mecanismos de transporte de humedad atmosférica están activos y a más del 20% en algunas regiones críticas, como el centro-este de América del Norte, el sudeste de América del Sur y el este de Europa, donde casi no hay humedad entrante”.

En el caso concreto de la Península Ibérica, el grupo de investigación explica que a la luz del trabajo ahora publicado “esta probabilidad de sequía se triplica en invierno cuando ocurre un déficit de transporte de humedad desde el Atlántico norte, probabilidad que se mantiene para Galicia también en verano”. Los déficits de transporte de humedad desde el Mediterráneo, añaden, pueden triplicar a lo largo de todo el año la probabilidad de sequía en la mitad este de la península, con especial intensidad en la región catalana.

Atendiendo al estudio hecho, sus autores indican que “como el transporte de humedad es más predecible que las precipitaciones”, los resultados conseguidos abren una vía para mejorar la previsibilidade de las secas, con las “enormes implicaciones hidrológicas, socioeconómicas y ambientales que eso supone”.